Lista de invitados

Las nuevas generaciones cada vez son más escasas; muchas familias tienen hijos únicos o dos a lo sumo, en contraposición de nuestros padres y abuelos, que es habitual encontrar un mínimo de 5 pequeños por pareja.

Esto no ha de ser un síntoma de desilusión ni mucho menos, recordad que tenéis muchos amigos, compañeros de trabajo, o incluso compañeros de viaje que hace años que no veis, que os gustaría tener en ese día tan especial. Pero ¿cualquiera vale? No somos partidarias que tener invitados por obligación o compromiso, aunque si no queda otra opción, os traemos algunos consejos que os harán más llevadera la realización de vuestra lista de invitados.

No hay boda pequeña,
si los que van hacen que sea la más grande

Lo primero de todo es hacer una lista de TODAS esas personas que podrían estar en tu boda.

Los padres y hermanos, los tíos y primos, los abuelos, o incluso los “segundos” de toda la vida (primo segundo, tío segundo, tía abuela materna… todo vale).

Son esos amigos que has conocido a lo largo de tu vida que se han convertido en hermanos. En muchas ocasiones, te vienen sus nombres a la cabeza antes que los de tu familia carnal.

Ese grupo, o grupos, que todos tenemos en diferentes lugares del mundo. Compañeros del colegio con los que todavía, a día de hoy, seguís quedando de vez en cuando para tomar algo; equipo de deporte, con quienes vas una o varias veces por semana a disfrutar de lo que os gusta; gente de fiesta, que sólo ves los fines de semana pero que echas en falta si no está…

Compartes tu vida casi un tercio de tu día, os reís juntos en los momentos desesperados y salís a tomar una cerveza nada más echar el cierre para relajaros.

Amigos de vuestros padres, parejas que os invitaron a su boda, o cualquier caso que no esté contemplado en los grupos anteriores.

Empezamos a hacer criba

Ahora es el momento de escoger quién queréis que aparezca en vuestra boda y quien no. Hay sectores que no es tan importante que estén en el evento, y otros de los que no podéis prescindir, aquí es donde se os queda la lista definitiva. ¿Por qué escribir a todos cuando hay gente que no vas a invitar? Sencillo, hay que asegurarse que no falta nadie, y si ponemos a todo el mundo es más probable que luego no haya dudas del último momento: “hemos contado con…” o el famoso “¡Ala! Si se me ha olvidado apuntar a…”

No quiero invitar a alguien, ¿cómo lo gestiono?

Es una situación incómoda cuando tienes personas que invitarías por compromiso, pero que no te hace gracia que vayan a tu boda.

¿Cómo se lo dices? ¿Qué les puedes decir? Algo que es recurrente, y normalmente efectivo, suele ser decir que a tu boda sólo van a ir las personas más allegadas; si por ejemplo son a los compañeros de trabajo, puedes realizar una comida con ellos otro día, que, además de más económico, será un ambiente mejor para todos, dándoles incluso una mayor importancia, ya que el propio día del evento es común que no puedas atender a todo el mundo por igual.

Pero, ¿y si son “a unos sí, y a otros no”? Ahí tendréis que elegir, si invitar a todos, o a los cuatro que queréis y con el resto celebrarlo en otra ocasión o no. La decisión es vuestra, porque hay un concepto que tenéis que tener muy claro: ¡es VUESTRA boda!

Los proveedores, ¿qué hacemos con ellos?

A nosotras, personalmente, ver una sonrisa en vuestro rostro y comprobar que el trabajo realizado os a gustado es suficiente satisfacción, ¡no es necesario que nos invitéis a vuestra boda! Nuestro trabajo es daros unos servicios y conseguir que en vuestro día lo tengáis todo como lo deseáis, lograrlo y comprobar que la boda ha salido redonda es todo lo que necesitamos.

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