
En todas las bodas hay invitados que siempre se cumplen; el soltero o la soltera, el que desaparece en la ceremonia y está de cañas, la que llora desconsoladamente… Nuestra pareja Ana y Álvaro quisieron que cada invitado se llevase un recuerdo original, y que fuese a conjunto con el resto de la boda: una chapa personalizada. La elección de cuál escoger no era nada fácil, ¡32 modelos diferentes! Todas ellas compuestas por una nota musical, acorde a la temática de la boda, caracterizada en función de la frase con la que se sintiesen más identificados.
Disposición de las chapas
Existen varias maneras de entregar los regalos; en una caja o cesta y que cada uno coja el que más le guste, en cada plato para que nada más sentarse el invitado, vea el suyo… pero nuestra pareja tuvo una confianza plena en nosotras, y se dejaron sorprender.
Una lona de metro y medio por lado, con vinilo decorativo en forma de partitura lograba una composición de lo más bonita y original, facilitando la visibilidad de todas las chapas y donde los invitados podían acceder a ellas de manera sencilla. Nuestra idea era que cuando todas las chapas hubiesen sido repartidas, la pareja tuviese el recuerdo de todos y cada uno de sus invitados, de ahí que en la propia tela existiese una estampación.
Gracias a Músicos Madrid, que nos hicieron la partitura de la canción “Estoy hecho de pedacitos de ti” de Antonio Orozco, canción que la pareja escogió acertadamente para la ocasión y la finalidad, logramos que todo fuese un conjunto lleno de pequeños detalles, que unidos, hacen muy grande este regalo.