
El seating plan es el rincón de la boda donde los invitados descubren el lugar para disfrutar del banquete; de quiénes estarán acompañados en la mesa, y dónde se situará ésta para saber cuánto de algo gritar “¡vivan los novios!”. Pero ¿y si hacemos que este rincón sea el comienzo de una velada de lo más divertida y anecdótica? Tan sólo se necesitan chapas de todos los invitados.
Fotografía en chapas
La verdad que es un trabajo laborioso, pero a la vez la mar de divertido, el buscar una imagen de todos los invitados. En este caso, se buscaron de cuando eran pequeños, o lo más jóvenes que se podía encontrar sin desvelar a nadie para qué iban a ser esas fotografías. Con el nombre de cada uno, porque hay gente que incluso duda de si es él, o algún familiar el de la fotografía, se realizaron más de 100 chapas individuales que dieron lugar a grandes carcajadas y sorpresas de todos ellos.
¿Y para los que no encontramos fotografía?
No hay problema, unas bonitas mariposas que visten y decoran cualquier rincón.
Chapa de imán
Para que nadie estropease su traje o vestido, se decidió hacer la chapa con el cierre de imán (en vez del de alfiler que estamos acostumbrados). El imán es muy potente, aguantando horas de diversión y baile en vestidos, corbatas y solapas de americanas hasta altas horas de la mañana.
Doble uso
Una vez acabada la boda, esta chapa se puede usar como imán de nevera, o de pizarras metálicas. Es un bonito detalle y a la vez, recuerdo de la boda.
Expositor del seating
Para colocar todas las chapas, éstas se pusieron en unos cuadros de canvas con placas metálicas en su interior, y pegadas sobre ellas unos papeles con las mesas (por que siempre hay despistados que olvidan en qué mesa estaban). Estos cuadros se expusieron en un somier de cama antiguo y reformado, y como indicador una pizarra con el texto explicativo.
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